Caminan en aparentes movimientos azarosos. Atendiendo señales imperceptibles, leyes inescrutables. Bajo una tenue luz los destinos se cruzan y separan. Dependiendo de la intensidad se elige tal o cual dirección, vida, gusto, amor y trabajo. El instinto es Brillo. El criterio Opacidad. Entre ambos, se mueven con una constante de satisfactoria autosuficiencia combinada con un dejo de sinuosidad cósmica.
De vez en cuando, sin embargo (casos de circuitos atrofiados, focos fundidos, señales entremezcladas, errores en el envío o peor aún, en la recepción) en los mapas señalados, una blanca luz se torna un poco más azulada.
A veces.
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A veces, cuando me duermo tarde como hoy, abrazo a mi esposa por la barriga
y mi bebé me patea la mano. Me siente. Sabe que yo estoy ahí, y yo sé que
él es...
Hace 4 años
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