Pues mi buen pez beta, brillantemente nombrado por los colegas electroencefalógrafos como el Banda Beta -ejem-, está enfermo. Le cambié su agüita perdióricamente, tomé todas la medidas (a mi entender) necesarias y el Banda no responde. No quisiera que se muriera, uno más a mi lista de peces muertos, pero ya no sé qué hacerle. No tiene Ich, no tiene un hongo ni nada de la reino fungi. Más bien creo que tiene el mal de amores.... nadie se libra me cai.
Ya tiene su tiempito, y al menos conmigo, bueno no conmigo, al menos bajo mi tutela, nunca ha tenido pasión en su acuática vida. Hasta ahora se me ocurre que lo debería de cruzar, o como sea que se diga en términos ictiológicos, pero no sé si sea muy tarde.
Y es que este pez tiene ángel, aún siendo Beta (juarjuar)... Por ejemplo me despertó una mañana no muy lejana haciendo ruidos al pegarle a la piedritas de su pecera.. -¡estúpido pez!, dije yo, y me volví a dormir. Cuál no va siendo mi sospresa al enterarme que a esa hora (aprox) había habido un temblor en la zona metropolitana de la Cuidat de México y Bandita me estaba avisando!!! (yeah right, más bien quería escapar de una segura muerte).... total que mi pecesillo es, además de bonito y relajante, un sismógrafo nato.
Tal vez todo este malestar se deba al ya conocido shock térmico.... sea el amor, sea el calor, sea la falta de carencia de ambos, veré qué hago para sacar a Banda de este bajón sanvalentinesco.
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