1. Siempre vaya con calcetines. Uno nunca sabe qué clase de porquerías puedan hallarse en el piso del probador, desde basuras polvosas peludiles (diuu) hasta chicles, kleenex de dudoso aspecto y en el peor de los casos, alfileres. Nota: en este último punto de poco le servirá el uso de calcetines, sin embargo al menos habrá una pequeñísima capa de tela que lo separe del inminente dolor. Una breve advertencia pues. Aunado a esto, si acaso gusta (como en mi caso) de comprar ropa y de paso echar un ojo a la sección zapatil, nada mejor que ir preparado para la prueba final del calzado, léase con todo y el grosor del calcetín (factor extra importante para los caballeros) si es que así se requiriera.
2. No acudir con prendas que demanden una abotonadura exhaustiva y o de difícil eliminación. Aquí los suéteres con cuello de tortuga pueden resultar un arma mortal, ya que, al estarse probando diversas prendas y no todas de un jalón, se corre el temible riesgo de morir asfixiado en un vano intento por liberarse de la prenda ahorcadora. Innumerables muertes se cuentan a causa del temible y perfectamente identificado Sofocamiento por eliminación de prenda en vestidor. Asimismo el abotonar y desabotonar prendas simplemente alentará el ya de por sí cansado proceso de la prueba, por lo que se sugiere acudir de preferencia en puro brassiere o en el caso de los caballeros a pecho desnudo. De no ser posible, entonces favor de acudir con una prenda excesivamente fácil de quitar y poner.
3. Lo mismo aplica para los pantalones, falda, vestido, shorts, hot & not so hot pants, mallones, overoles y demás prendas inferiores (dado su localización corporal, no estratificada). Nada de pantalones con chorrocientos mil cierres, botones ni anexos, lo más fácil de quitar sin caer en extremismos (véase punto 5). Igualmente favor de no llevar zapatos de interminables agujetas o amarriches. En este caso, y contrario a mi lema navideño: The less the merrier.
4. En el caso de las damas, travestis, payasos y/o hombres con fetiches, favor de no usar maquillaje extremo. Pocas cosas más desagradables que toparse con marcas rojo pasión/carmín, o de plastas de maquillaje mal colocado en las orillas de las prendas. Un poco de respeto para los que posiblemente sí terminarán adquiriendo las prendas que ustedes desdeñaron no sin antes haber dejado su colorida marca. Nada, al igual que en el caso anterior, entre menos mejor. O si de plano es mucho el afán, o si consideran que la humanidad no está lista para verles sin maquillaje a plena luz del día, favor de ponerse la prenda con el máximo cuidado para evitar derrames innecesarios.
5. Y last but not least: Digan no al acudir commando a la prueba de ropa. Sip, por difícil de creer que antes me parecía este punto, ahora que he estado acompañando a cierta bride-to-be a sus muchísimas pruebas de vestidos de novia, me he informado que es bien común eso de probarse la ropa sin lo que viene siendo el calzón, chon, granny pants, tanga, boxers, trousers, etc. y demás. Según muchas vendedoras de vestidos de novia, son muchísimas las que gustan de acudir a la prueba de su vestido soñado al aire libre. Cosa más desagradable. Si bien como dice Bartolomeo, nada como un sótano sin amueblar, esta regla se aplica una vez que has adquirido la prenda y sabes que sólo TUS partes pudendas entrarán en contacto con la mentada ropa. Pero si aún lo estás dudando, o peor aún, si sabes que ese vestido es de prueba universal, favor de no fregar y guardarte del full monty para la intimidad, playa nudista o para tu(s) pareja(s) de prefencia. Es muy desagradable, antihigiénico e insalubre, se corren muchos riesgos y en general me parece una falta de atención al resto de la gente que sí gustamos de usar el nunca bien ponderado calzón en sus múltiples denominaciones.
Y ya, he ahí 5 puntos para hacer de estas compras navideñizadoras de ropa un poco menos desgradables (para los que las odian) y un mucho más eficientes.
¡Ahh, Comprar: el verdadero significado de la navidad!;-)
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