Gracias a una no tan rebuscada serie de eventos afortunados, léase un presente no entregado, hace unos días llegó a mis manos un paquete de guantes exfoliadores de The Body Shop. Y los probé. Quitando de lado lo desconcertante que pueda resultar la idea de usar guantes texturizados a la hora del baño, he de decir que son, después de la rueda, el chocolate comestible, y el popote purificador de H2O, el mejor invento que se le haya ocurrido a alguien. Según su descripción uno debe usarlos si se desea remover células muertas en la piel y aumentar la espuma (?¿)
de su cuerpo... la onda es, que a diferencia del resto de los productillos similares, estos sí lo cumplen. Siendo una
compulsiva cuidadosa consumidora de cualquier sarta de productos que involucren el cuidado de la piel, he probado toooodos, de tooodas la tiendas, luego entonces sé de lo que hablo. De ahí mi escepticismo a la hora de toparme con la temible leyenda: A proud product from The Body Shop. Sé de primera mano y cuerpo lo péeesimos que son los productos de esta tienda, que nomás por ponerle etiquetitas con diseños bonitos y apestar sus locales ya creen que la arman en el cuidado de la piel, pero no, son más bien malos tirándole a pésimos, no obstante, logran engañar a más de un incauto. Ni punto de comparación con mis amados de L'Occitane por ejemplo, ahí sí, la pura calidad. Punto numero uno. Además de esto, en cuestión de la fibras, yo siempre he estado a favor de los zacates naturales a la hora de la tallada y por tanto en contra de las esponjitas mariposonas, lindas a la vista y removedoras de absolutamente na-da, punto numero dos. Luego entonces el mentado presente que no era para la presente ya estaba dejando mucho que desear. Total que los pruebo.... y así como Jeremy Clarkson a la hora de manejar el 911 Turbo, me tuve que tragar mis palabras: The Body Shop lo había logrado, en materia y forma de, The Bath Gloves... han logrado sustituir al oldie but goddie del zacate y fibrillas hippies anexas. Bravísimo y que viva el mundo sintético-capitalistoide por siempre ultra mil.
Así que desde acá un merecido aplauso a la exfoliadora diaria perfecta.
I
Jajaja. Y la pobre de tu novia ¿qué? Pus nada, se quedó sin guantes y, asumo, sin jaboncito cuco también.
ResponderEliminarDesconocía el oscuro pasado que tenias con los productos de esa marca.
ResponderEliminarY que tal que a mi también me toco un par!
Respaldo tu comentario al 100%, son una maravilla.
Aplica el dicho ese del burro y la flauta no? No recuerdo bien que dice pero algo como que es lo único que han hecho bien.
"Lo que el señor presiddente quizo decir es..." "nadie sabe para quién trabaja".
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