Ayer fui a cenar... después de dos días de esperar por mi dichosa comida, y sobre todo por mi aún más delidichoso postre, finalmente llegó... y la engullí en un tres por dos hasta quedar más o menos como Homero y Pepe:

y sí, luego sufrí las consecuencias no tanto gástricas, sino oníricas.. una serie de pesadillas de las mejores me cobraron muuuy caro mi gustosa y gulosa velada :-(
Bienvenida a mi club.
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