La femme de nulle part

Estoy sentada en la hierba junto al río. Sola, sola, sola. El muñeco del ventrílocuo sin el ventrílocuo. Tengo la mente agotada y el corazón dolido. ¿Dónde está la paz, el centro?

El miedo a la vejez surge del reconocimiento de que no se está viviendo ahora la vida que se quisiera. Equivale en un sentido a insultar al presente.
Debo de advertir las "zonas muertas" del sentimiento. Hablar sin sentir nada. (esto es muy distinto a mi vieja repugnancia a hablar sin saber nada)
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Escribo para definirme; un acto de creación propia; parte del proceso de llegar a ser; en diálogo conmigo misma, con los escritores vivos y muertos que admiro, con los lectores ideales

Escribo porque me es placentero

Hay siete tipos diferentes de hierba donde estoy recostada. Dientes de león, ardillas, pequeñas flores amarillas.

La inercia de las emociones. No son ligeras, optimistas: soy sentimental. Me aferro a mis estados emocionales. O ¿ellos se aferran a mí?
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Quiero ser capaz de estar sola, de que me parezca reparador, no una mera espera. Hipólito dice: bienaventurada la cabeza que se ocupa de algo más que de su propio descontento.

(No hay superficie neutral.)

soñé con Glenn anoche.

Susan Sontag